Hasta el día 28 de febrero de 2021 se podrá visitar esta magnífica exposición del gran Aguilera, en la Casa de la Provincia de Sevilla.
En ella se puede admirar una gran selección de los trabajos de las distintas épocas del maestro, acompañada de las obras de algunos de sus más significados alumnos o amigos más entrañables, entre los que se encontraba Cristóbal.
D. Miguel Pérez Aguilera fue uno de los grandes maestros de Cristóbal, junto con su otro profesor, en este caso de grabado, D. Jesús Fernández Barrio, en la Escuela de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, de Sevilla.
En una conversación con Paco Lira, este le habla del valor de usar el color y le pide que le hable de ello. La respuesta fue la siguiente:
-Te hablo del momento lumínico. Sabes que hay pintores como Monet que pintaba veinte catedrales en distintos momentos, pero siempre que vemos esos cuadros sentimos que no representan la realidad formal como una pared; la estructura del suelo, los grises, son una transformación porque la luz ha roto con la verdad que es esa contemplación. La pintura figurativa siempre tiene una relación directa sumida al momento lumínico. Me dije: muy bien, pero ya que tú amas el expresionismo, la rapidez, la agilidad, el color, la viveza de un rojo, el encanto de un verde, ¿por qué no?, pues hazlo en ese sentido, y efectivamente, así he considerado mi pintura; como un efecto derivado completamente del color. Al principio de este momento me influía todo, iba por la calle y lo observaba todo; del estampado del vestido de una chica que pasaba al lado me quedaba con la unidad de los tonos; llevaba una libreta en el bolsillo y ponía: verde veronés, verde oliva, y esos tonos combinados eran ideas combinadas que aplicaba al cuadro, que lo concebía bajo un aspecto de pura geometría y luego trabajaba en la gama de color que me proponía; y esta ha sido posiblemente la peculiaridad de mi pintura, donde un amarillo es un amarillo y un rojo un rojo; utilizo tanto amarillo como Van Gogh, siempre con gran viveza de color.
En la misma charla, Paco Lira le pregunta al maestro que significa pintar para él. La respuesta:
-Pintar es algo natural, algo innato, que no te lo propones, pero que crees. Llegas a la pintura porque te inclina tu razón, tu propia naturaleza. Siempre he tenido una vocación, odio lo que la pintura tiene de economía; quizás por eso hay en mi estudio unos dos mil cuadros. Lo he odiado totalmente. Para mí la pintura ha sido muy vocacional, primero porque yo soy muy retraído, muy preocupado y viviendo además muy al margen de mi necesidad; mi necesidad era la pintura contemporánea, mi eslabón, mi solución con París o Madrid, y aquí en Sevilla no podía tener ninguna solución más que meterme en mi estudio y trabajar, trabajar…y hacer lo posible, pero nada más. Ahora, por ejemplo, echo de menos no pintar porque llevo sin comenzar un cuadro veinte días. Esa es mi vocación, no solamente espiritual, sino física. Sólo me encuentro a gusto trabajando; cuando no pinto me meto ahí y hago carpintería, pongo marquitos, me voy a la otra esquinita, hago lo que sea, quiero decir, es pura vocación, no tengo otro sentido.
En esta magnífica exposición se puede admirar una estupenda colección de cuadros de la época figurativa del pintor. Sobresale la serie de retratos de niños de la posguerra que constituyen un auténtico estudio sociológico de la época. En ellos llaman la atención, además de las humildes vestimentas de aquellos años, las miradas y expresiones de esos niños, que denotan la tristeza, la melancolía, la necesidad de aquellos tiempos.
Asimismo, en esta exposición hay obras de algunos artistas y alumnos más allegados de Pérez Aguilera. Es el caso de Teresa Duclós, Carmen Laffón, José Luis Mauri, Santiago del Campo, Pepe Soto, Juan Romero, Jaime Burguillos,Joaquín Sáenz,…y, por supuesto, Cristóbal.
El cuadro de Cristóbal es de 1960 y fue un regalo que este le hizo a su maestro (así está dedicado) con motivo de su boda con Salud Montoto en el año 1961. El motivo es la reunión de un grupo de trabajadores o campesinos de la época en la plaza de un pueblo. Se podría enmarcar en la temática del movimiento de grabadores de Estampa Popular, pero en este caso se trata de un óleo sobre tabla. Son hombres enjutos, vestidos con ropa humilde, austera, pantalones remendados, alpargatas. Una estampa sociológica también de lo que fueron aquellos años en la Andalucía rural.