El Hotel Reina Victoria de Ronda y más concretamente sus jardines, fueron un lugar muy especial para Cristóbal.
En este hotel se alojó el poeta de origen checo, Rainer Maria Rilke, entre diciembre de 1912 y febrero de 1913. En él existe una escultura homenaje al gran poeta que realizó en bronce el escultor Nicomedes, gran amigo del artista sevillano desde finales de los años cincuenta.
Cristóbal estuvo más de tres años pintando acuarelas de los distintos rincones y paisajes del Hotel, los que van de 2007 hasta 2009.
El Hotel Reina Victoria, de Ronda, se construyó en 1906 y vino de la mano de la Compañía inglesa «The Algeciras Railway Company Limited», que llevó a a cabo las obras de la vía férrea entre Bobadilla y Algeciras, la cual pasa por la ciudad de Ronda.
El director de la Compañía en España, Sir Alexander Henderson, creyó oportuno construir dos hoteles, uno en Algeciras y otro en Ronda, para poder alojar a los ingenieros de la obra y con posterioridad a los viajeros que pudieran llegar en tren. Con la intención de gestionar estos hoteles creó la Compañía «The Iberian & Hotels Company». El hotel de de Algeciras fue bautizado con el nombre de Maria Cristina, madre del rey Alfonso XIII, y el de Ronda se llamó Victoria Eugenia, esposa de dicho rey.
El diseño de las obras fue encargado a los arquitectos ingleses Thomas Edward Collcut y Stanley Hamp, los cuales nunca estuvieron en España, pero estas fueron realmente dirigidas por el arquitecto de la Compañía James Thomson. Ambos edificios siguieron la estética de los cottages ingleses. La compañía también se encargó de diseñar la avenida que unía la estación de ferrocarril con el hotel, así como un camino que unía los jardines del hotel con la Alameda del Tajo, que fue llamado «Camino de los Ingleses» .
El hotel se diseñó y decoró al más puro estilo inglés. El interior se correspodía al estilo Chippendale, que debe su nombre al artista que lo creó, Thomas Chippendale (Yorksihe 1718-Londres 1779).
Hasta hace muy pocos años, aún se conservaba la habitación donde se alojó el poeta Rainer Maria Rilke, la número 34, que fue recreada en el homenaje que se organizó en Ronda en 1966 según el mobiliario y la decoración de aquella época. Se trataba de una habitación museo que se podía visitar y que lamentablemente hicieron desaparecer en la remodelación que el hotel sufrió en el año 2012. El poeta describía en una carta a un amigo en 1912 el hotel de la siguiente manera: «… Los ingleses han tenido la maldita idea de instalar aquí un hotel excepcional en el que de hecho estoy viviendo. Es lujoso y cómodo como ya alguno lo querría para él «.
Según recoge Carmen Rivas Rubiales en su libro Viaje al sur. Rilke en Ronda (Servicio de publicaciones de la Fundación Unicaja, 2019), el homenaje que se celebró en Ronda los días 18, 19 y 20 de noviembre de 1966, surge de José María Prieto, gran admirador del poeta y profesor, que llegó a Ronda, al Patronato Militar, en 1962, del que fue director. Este contacta con Emilio Pérez, José Manuel Montes, Cristóbal Aguilar (que llegó en 1964 como profesor al citado Patronato) y Francisco Garrido. Ellos cinco fueron los principales responsables de coordinar y organizar todos los actos que tuvieron lugar esos tres días.
Como muestra de la gran importancia del homenaje, podemos citar la asistencia de figuras tan relevantes de la época como Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis López Anglada, Manuel Alcántara, Alfonso Canales o Federico Muelas. Eugenia Montero, en danza, representó piezas de Moussorgsky y Godefroid, y Ramón de Algeciras (hermano de Paco de Lucía) tocó por tientos, soleá, malagueñas y seguirillas. También se celebró un concierto de la Orquesta Bética Filarmónica, bajo la dirección de Luis Izquierdo, amigo de José María Prieto.
Los numerosos actos de esos días quedaron reflejados en la prensa de todo el país: Pueblo, Arriba, Informaciones, La Estafeta, La Gaceta Ilustrada, El Norte de Castilla, La Vanguardia, ABC…recogían artículos y reportajes sobre Rilke y Ronda. La autoría de estas reflexiones corrieron a cargo de José Angel Valente, Juan Rof Carballo, Federico Muelas, Agustín Delgado o Antonio Gala, entre otros.
En este homenaje que se hizo a Rilke, se erigió una escultura en su honor, obra de Nicomedes, en los jardines del hotel, mirando a la lejanía de la sierra. Fue Cristóbal quien recomendó al escultor, un gran retratista y amigo suyo desde que estudiaron juntos en la Escuela de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla. En una entrevista en la Revista Índice, Nicomedes Díaz Piquero, natural de El Tiemblo (Ávila) habló del lugar que él mismo eligió para emplazar la escultura en los jardines del hotel: «Pensé en mezclar con el paisaje la figura escultórica del poeta. Rilke en una actitud entre el ir y el llegar a las cosas. La escultura estará orientada hacia la puesta del sol, que un día tras otro, bañará su bronce de tonos naranjas».
El escultor necesitaba de modelos para realizar su trabajo. Para ello creía necesario contar con alguna persona de complexión delgada y con sensibilidad por el mundo del arte. En unos momentos fue el propio Cristóbal quien posó para Nicomedes, pero este último le pidió el poder contar con algún poeta, y entonces le presentó a su amigo Aurelio Alvea, quien también sirvió de modelo para plasmar con alma, esa mirada y pose hacia el infinito de la serranía.
Como hemos comentado con anterioridad, Cristóbal estuvo trabajando en acuarelas por los jardines del hotel más de tres años. Buscaba rincones y paisajes singulares, árboles en flor, los lirios de sus parterres, la forma de los troncos de los pinos, las ramas de las palmeras, la arquitectura de sus construcciones, las siluetas de la sierra, los cielos de Ronda…en definitiva, el alma del lugar.
A continuación presento, en formato de película, algunas de estas acuarelas. La música elegida para acompañar este montaje fue compuesta y grabada por su hija María, la cual dedicó este tema a su padre, a los pocos meses de fallecer el artista.