Cristóbal y Miguel Hernández, muestras de admiración

Desde muy joven, Cristóbal sintió una gran admiración por el poeta de Orihuela; no sólo por su poesía y su obra, sino, además, por la vertiente humana del personaje, la sencillez de su vida, su origen aldeano y humilde, su compromiso social con los más débiles y con la II República, a la que defendió con sus versos, pero también en las barricadas, en el frente, con gallardía y coraje, en aquella guerra civil tan injusta como dura para España.
Hemos de recordar que Miguel Hernández se afilió, nada más comenzar la guerra civil, en 1936, al Partido Comunista de España y formó parte del 5º Regimiento, pasando después a otras unidades en los frentes de batalla de Teruel, Extremadura y Andalucía. Este compromiso político hizo que acabara detenido y encarcelado, pasando por diferentes prisiones del país. Fue juzgado y condenado a muerte, pero se le conmutó dicha pena por la de 30 años de cárcel. Terminaría muriendo en 1942, enfermo de tuberculosis en la cárcel de Alicante, a la edad de 31 años.
Viaje a Orihuela en el verano de 1963

Cristóbal fue a visitar a sus padres y hermana a Denia, en el verano del año 1963. Su padre se desplazó a esta ciudad alicantina durante unos tres años, para trabajar como carpintero en aquellos tiempos difíciles de la dictadura franquista.

Cristóbal, aprovechando la cercanía, se desplaza a Orihuela para visitar el pueblo y recorrer los lugares más señalados en la vida del poeta, su casa natal, la casa donde vivió, su corral y otros rincones singulares. Cristóbal lleva consigo la cámara fotográfica de su padre, una Kodak, con la que realiza un curioso reportaje de aquellos lugares más significativos. Gracias a las anotaciones que figuran al dorso de las fotos positivadas, podemos localizar los diferentes sitios fotografiados. A continuación mostramos algunas de ellas, con las notas transcritas.


Orihuela. Higuera de la casa de Miguel Hernández
Dorso de la foto de la higuera

Orihuela. Corral de la casa donde vivió Miguel Hernández
Orihuela. Establo de la casa donde vivió Miguel Hernández

Elche. En la casa de la esquina vivía Josefina Manresa, mujer de Miguel Hernández
Orihuela. Calle donde vivió Miguel Hernández, en la casa de la esquina, pasando el arco

Orihuela. Corral de la casa donde vivió Miguel Hernández
Orihuela. Calle y casa donde nació Miguel Hernández (donde está el niño mirando)

Orihuela. Vista desde el corral de la casa de Miguel Hernández
Orihuela. Casa donde vivió Miguel Hernández

A esa visita al pueblo natal de Miguel Hernández, Cristóbal iba con la idea de poder conocer y saludar a Josefina Manresa, mujer del poeta. Era domingo cuando llegó y bien temprana la mañana. Los comercios estaban cerrados y Cristóbal tan sólo encontró abierta una barbería; entró en ella y estableció conversación con el barbero, quien se mostró amable y dispuesto a acompañarlo hasta la casa donde vivía la viuda. Una vez allí, el barbero hizo la presentación y se marchó. Fue invitado a pasar al interior y pudo estar un rato con Josefina. Ella le invitó a tomar café y, mientras, conversaron. Según palabras de Cristóbal, se encontraba como asustada, muy afectada aún por el trágico desenlace de su marido.

Le enseñó algunos objetos de Miguel, como una libreta con apuntes, una gorra y algunos más; le obsequió con un par de fotografías de Miguel Hernández, positivadas en el laboratorio fotográfico de Emilio Peralta (Orihuela), que conservó siempre con todo el cariño entre sus recuerdos más preciados. De una de ellas realizó el dibujo para la última xilografía que creó el artista unos años antes de morir; aquella en la que el poeta se encuentra paseando por el cementerio de Orihuela con las manos en los bolsillos de su pantalón y sus alpargatas. No la molestó demasiado tiempo, tan sólo quiso mostrarle la admiración por su marido y por su poesía, y le dio las gracias en nombre de todo el pueblo de España.


Miguel Hernández en el cementerio de Orihuela. Fotografía regalada por Josefina Manresa a Cristóbal en 1963.
Miguel Hernández en la Sierra de Orihuela. Fotografía regalada por Josefina Manresa a Cristóbal en 1963.
Dorso de la fotografía de Miguel Hernández que Josefina Manresa regalo a Cristóbal en 1963

Cristóbal volvió a Sevilla con la emoción de aquel momento vivido, y así lo transmitió a algunos de sus amigos más cercanos, como el poeta Aurelio Alvea, a quien le dejó por un tiempo aquellas fotos y un poema de Carlos Fenoll –gran amigo del poeta de Orihuela, mecanografiado en la máquina de Miguel en un papel muy fino, y que también regaló Josefina Manresa a Cristóbal, o a Juan Antonio Díaz, bastante tiempo después.

Al cabo de muchos años, Cristóbal realizó un precioso dibujo a lápiz graso de Josefina Manresa.

Josefina Manresa. 2014

Este dibujo fue hecho en la misma época en que Cristóbal realizó sus últimas xilografías, dos de Miguel Hernández y dos de Antonio Machado. Como he comentado con anterioridad, una de ellas fue la que grabó a raíz de la foto que Josefina le regaló, concretamente aquella en la que Miguel Hernández se ve con las manos en los bolsillos del pantalón a las puertas del cementerio de Orihuela. La otra es un retrato, un escorzo en el que destaca la mirada limpia y penetrante del poeta. Como bien me recuerda Jesús Rubio, la tirada en este último caso fue de 31 impresiones (se puede ver en el ángulo inferior izquierdo del grabado), en homenaje al año de proclamación de la II República Española.


Miguel Hernández. Xilografía. 2014
Miguel Hernández. Xilografía. 2014

Primer grabado sobre Miguel Hernández

Fruto de esa visita al pueblo del poeta, al año siguiente en que se cumplía el 20 aniversario de su muerte en la cárcel de Alicante, Cristóbal realiza una primera xilografía de un retrato de Miguel Hernández.

Xilografía de Cristóbal Aguilar
Miguel Hernández. Xilografía. 1963

En este retrato, las vetas de la madera se reflejan en el papel, recordando los barrotes de la celda, y el poeta aparece con un gesto serio y triste, y la mirada lejana, como perdida. El dibujo lo realizó a partir de la fotografía del poeta que aparecía en la primera edición de su libro de poemas Viento del Pueblo, del año 1937.

Portada de la primera edición del poemario Viento del Pueblo

Bastantes años después, esta xilografía fue utilizada para el cartel que conmemoraba el centenario del nacimiento del poeta y que organizó en Sevilla la Asociación Memoria Libertad y Cultura Democrática.

Cartel conmemorativo del Centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Memoria Libertad y Cultura Democrática. Sevilla 2010
Homenaje a Miguel Hernández. Cuadernos de Roldán y CC.OO. Sevilla, 1992

Para homenajear al poeta Miguel Hernández en el 50 aniversario de su muerte en la cárcel de Alicante en 1942, Cristóbal y los amigos de Cuadernos de Roldán, junto con el sindicato de Enseñanza de CC.OO. -al que Cristóbal perteneció desde su fundación-, editaron una bonita carpetilla con poemas y dibujos, tanto del poeta de Orihuela, como de otros integrantes de Cuadernos de Roldán. Cristóbal era el encargado de diseñar estas bellas publicaciones. El formato de dicha carpetilla fue de 10,5 cm x 30 cm, en cartulina verjurada. En el interior se utilizaron papeles de distinto color.

Entre los dibujos se encuentran algunos del propio Cristóbal, de su maestro Miguel Pérez Aguilera y también de otros artistas que formaron parte de Estampa Popular de Sevilla, como Manuel Baraldés o Nicomedes. Los poetas que participaron fueron Aurelio Alvea, Manuel Carrasco, Juan Ortiz, Rafael Becerra, Antonio Molina, José A. G. Palomo, Abelardo Rodríguez, Ángel Leiva, Francisco Núñez Roldán, Salvador Compán, Antonio Vicente Rodríguez y el Conde Casa Padilla.

Para la portada se utilizó la xilografía ya comentada de Cristóbal que realizó en la época de Estampa Popular; más concretamente, en el año 1963.

Como ya se ha expuesto con anterioridad, fue una edición conjunta del Sindicato de Enseñanza de CC.OO. y Cuadernos de Roldán, un grupo de poetas, artistas y «gente de malvivir» -como solían denominarse ellos mismos- del que Cristóbal fue alma mater.

Este movimiento surge de la amistad de un grupo de «parroquianos» que se reúnen en la taberna de Manuel Roldán, en la calle San Vicente, esquina con Santa Ana, allá por el año 1988. Don Manuel Roldán, como lo llamaban los amigos de Cuadernos, era un señor de avanzada edad, muy aficionado a la poesía, que escribía pequeños versos y poemas que recitaba en su taberna. En ella se citaban a la hora del vino, Cristóbal y algunos amigos amantes y aficionados al arte y la poesía, que solían merodear por el barrio de San Lorenzo de Sevilla.

Entre estos primeros integrantes se encontraban algunos sevillanos de Ronda como Rafael Becerra y Juan Ortiz; Antonio Molina Flores, Antonio Cerrato, Rafael Arjona, Aurelio Alvea, Francisco Núñez Roldán, Manolo Baraldés, Pepe Gil, Antonio Díaz Morant, Felipe Alcaraz, Ángel Leiva, Jaime de Encinasola, o Antonio Vicente.


Portada Carpetilla. Diseño Cristóbal
Contraportada Carpetilla. Diseño Cristóbal

Hoja 1 Poema de Miguel Hernández, a los 15 años de edad. Dibujo de Cristóbal
Hoja 2. Poema de Miguel Hernández, inédito. Dibujo de Cristóbal

Hoja 3. Poema de Salvador Compán. Dibujo de Cristóbal
Hoja 4. Poema de Juan Ortíz. Dibujo de Miguel del Moral

Hoja 5. Poema de José A. G Palomo. Dibujo de Francisco Cosano
Hoja 6. Poema de Antonio Vicente Gutiérrez. Dibujo de María J. Barco

Hoja 7. Poema de Francisco Núñez Roldán. Dibujo de Carlos Becerra
Hoja 8. Poema del Conde de Casa Padilla. Dibujo de Pérez Aguilera

Hoja 9. Poema de Ángel Leiva. Dibujo de Baraldés
Hoja 10. Poema de Manuel Carrasco. Dibujo de Luis Aguilar

Hoja 11. Poema de Abelardo Rodríguez. Dibujo de Pepa Santos
Hoja 12. Poema de Antonio Molina. Dibujo de Baraldés

Hoja 13. Poema de Aurelio Alvea. Dibujo de Baraldés
Hoja 14. Poema de Rafael Becerra. Dibujo de Nicomedes

Sevilla, 14 de abril de 2020.

En conmemoración del 89 Aniversario de la proclamación de la II República Española.

12 comentarios en «Cristóbal y Miguel Hernández, muestras de admiración»

  1. Voy, estimado Luis, adentrándome de puntillas en tu blog para ahondar en el recuerdo de tu padre. Hoy salgo maravillado de este viaje que nos cuentas hizo Cristóbal a Orihuela, de su encuentro con Josefina, con la presencia imponente del Miguel Hernández. Cristóbal fue maestro en muchos asuntos, pero para mí siempre será (como Melquiades en Cien años de Soledad de García Márquez) el mago que llegaba y trasformaba con su sensibilidad buena, noble y nutricia tu apreciación de las cosas del mundo. A ver si un día de estos te mando un escrito para vuestra publicación otoñal. En él te contaré de la extraordinaria mañana veraniega en que salimos de Segovia para acercarnos a ver, según me dijo, un museo sobre Picasso que había montado su antiguo peluquero en una población de la Sierra de Madrid. Y yo, claro, me lo tomé a picardía andaluza, a exageración de las que llevan en sus carretas los buhonero de las artes. Y, sin embargo… Gracias por esta letras tuyas e imágenes que nos avivan tanto la presencia siempre solícita de Cristóbal. Hasta pronto.

  2. Extraordinario. Una sorpresa. Nunca me habló de ello, aunque hicimos algo juntos y yo era, como hoy, un aprendiz de literato. Su genial humildad. Muchas gracias. Yo tengo hechos mis deberes, como te adelanté, pero sigo en
    el encierro.

    1. Gracias Pepe, me alegra que te haya gustado. Al menos te habrá entretenido algo el confinamiento de estos días. Un abrazo

  3. Querido Luis, me ha alegrado la mañana este estupendo trabajo. Tengo la suerte de poseer un ejemplar de ese último Miguel Hernández, pero ignoraba la intrahistoria.
    ¿Salud y república!

    Jesús

    1. Me alegro Jesús. Conocía ese encuentro por boca de mi padre y algunos buenos amigos me aportaron detalles que yo ignoraba. Eres un privilegiado al poseer uno de las pocos originales que mi padre imprimió de esa xilografía. Salud y República. Un abrazo

      1. Luis, poseo varios, pues le compré algunos para obsequiar a amigos. Lo importante: la tirada fue de 31 en homenaje naturalmente a la II República.

  4. ¡Vaya relato emocionante en fecha tan significada!
    En Cristóbal se reunía un compendio, herencia de tantos grandes que le precedieron… Indudablemente en su persona encontré desde siempre, no sólo admiración sino un legado personal en el que, entre el de otros, aparecía el de Miguel Hernández.
    La delicadeza y la emoción con las que en más de una ocasión me relató su encuentro con Josefina me conmovía hasta el punto de hacerme «ilusionado» partícipe de la misma. Gracias.
    Un abrazo y Salud.

    1. Gracias Juan Antonio. No muchas personas conocieron ese encuentro. Ya sabes la discreción con la que mi padre caminaba por la vida.
      Salud y un fuerte abrazo

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